lunes, 30 de julio de 2012

Llegan las fiestas



Pleno mes de julio, peligrosamente se acercaban las fiestas de la ciudad, y las primeras atracciones iban llegando: coches de choque, jaula… Parecía mentira que aún parecía que era ayer cuando nos dedicábamos a montar en todas ellas, pero de eso hacían ya varios años, somos adultos de 20 años y tenemos otros planes en mente, como una boda, la solución de un problema familiar y claro está nuestras vidas personales. Levanté la vista de mi revista y vi a Celia tirada en el sofá de enfrente, estaba a punto de dormirse así que no dije nada, me levanté y me vestí, Lorena estaba con Adrián y yo tenía que ir a cerrar unos detalles del vestido con Lucía así que se iba a quedar sola en casa.

-Celia-susurré, tienes comida en la pota, como parecía que estaba ya dormida, le hice una nota.

Lo cierto es que me sabía mal dejarla ahí después de los problemas con su padre, pero no podía llevármela a la prueba, el vestido era un secreto y Lucía no me iba a permitir llevarla. Cuando encontré a la novia nos fuimos hasta la tienda. Casi estaba yo más ilusionada con las compras que ella, pero se le leía en la cara la felicidad. Después nos dimos una vuelta por la feria, la cantidad de puestos era inmensa, todos los años había más y más, tras haber satisfecho mi gran tradición de comprar algo, volví a casa con un precioso anillo con una enorme mariposa rojo Burdeos, que llevaría el día de la boda.

Cuando volví a casa Celia ya estaba levantada y a punto de cenar, lo que me extrañaba era que Lorena no estaba de vuelta, traté de llamarla, pero su teléfono estaba apagado o fuera de cobertura, fruncí el ceño, estaba algo preocupada.

-¿Crees que le habrá pasado algo?-preguntó Celia mosqueada

-Es una adulta, sabe cuidarse sola, aunque yo también estoy algo preocupada.

El tiempo pasaba y Lorena no aparecía, así que Celia llamó a Adrián.

-¿Cómo que no ha llegado a casa? La dejé a las nueve y cuarto.

Un semblante de preocupación apareció en el rostro de Celia, comencé a marcar el número de todos los de la pandilla, pero ninguno sabía nada de ella, así que decidimos comenzar la búsqueda, eran las diez y nos dimos hasta las once y media. Nos dividimos en grupos de dos para así cubrir más terreno. Solo faltaba Omar, que tenía turno de noche en el trabajo, a parte de la desaparecida Lorena. Pablo y Celia fueron hacia el parque, Jaime y Lidia en dirección a nuestra casa por si apareciese, Patricia y Daniel a su restaurante favorito, Adrián y Mario a casa del primero, Alejandro y Sofía a la plazoleta, Lucía e Izan a el centro comercial y Claudia y yo al paseo. La idea de ir de lado del río junto a Claudia no me gustaba demasiado pero era todo por el bien de Lorena.

-Sé que nuestra relación no es demasiado buena después de lo de la Princesa Blogger, pero me gustaría que todo volviese a ser como antes.

-Ya nada volverá a ser como antes Claudia, estaremos casadas, viviendo nuestras vidas, ya no somos el grupo que éramos antes, ya no tenemos 15 años.
En el fondo sabía que  mis palabras eran ciertas, aunque me costase admitirlo, a pesar de todo no nos gustaba hacernos a esa idea, pero era la cruda realidad, ya no se podía volver atrás en el tiempo, deshacer los errores, borrar las palabras, secar las lágrimas o apagar las sonrisas, solo seguir adelante con paso firme y sin mirar al pasado. Volví al mundo, intentaba encontrar a Lorena y el paseo estaba vacío a no ser por nosotras y un grupo de yonkis, decidimos que lo mejor era volver al punto de reunión.

Pronto sonó mi teléfono, miré el reloj eran las 11 ya.

-¿Sí?

-Alicia-dijo Mario al otro lado de la línea- necesitamos una enfermera rápido

-¡Mario! ¿Qué pasó? ¿La habéis encontrado? ¿Dónde estáis?- las preguntas salían como un torrente de mi boca.

No dije nada más, colgué y agarré a Claudia al mismo tiempo que echaba a correr en dirección a la casa de Adrián. Cuando llegamos me encontré a Mario sentado en el portal junto a Adrián.

-Exijo una explicación.

-Tienes derecho a ella, necesitaba que vinieras rápido y no sabía otra forma de ello.

-¿Por qué me necesitabas?

-La hemos encontrado- empezó Adrián- pero dice que no hablará más que contigo.

Le miré extrañada, Lorena era mi compañera pero no tenía ni idea de porque se negaba a hablar con el resto.

-Lorena- pregunté

-Alicia-empezó- os debo una explicación, pero he discutido con Adrián.

-Estás colocada- amenacé- no has discutido, lo has soñado.

La abracé y llamé al resto, les conté la historia, al final no era más que producto de la imaginación de Lorena, que estaba colocada hasta las cejas. Mario me aconsejó que registrase la casa en busca de droga. Le aseguré que lo haría, lo que me extrañaba era de donde la había sacado.

Pronto se me iluminó la cabeza, la feria era famosa por la cantidad de camellos que había. Las fiestas comenzaban y yo debía estar alerta si no quería perderla.


¿Más de una boda?



La boda estaba cada vez más cerca, y algo me decía que no iba a ser la última,  mientras la relación entre Sofía y Daniel peligraba y la de Cece y Pablo se consolidaba, por cierto, este era un amor prohibido, los padres de la novia no le soportaban, durante esto Lorena había comenzado a coquetear con Adrián y parecían bastante en serio. La Princesa Blogger debía de estar encantada, últimamente no hacía más que hablar de nosotros y Claudia no se lo estaba tomando nada bien.

A todo esto os preguntaréis ¿qué es de tu vida Alice? Pues veréis, algo en mi cabeza me decía que quería a Mario, mientras la otra mitad se negaba a aceptar tal idea. Era como tener una batalla en tu mente, una guerra de sentimientos, amor o amistad.

Además para colmo, Daniel y Sofía habían roto porque él decía que se estaba volviendo a enamorar, lo que había sacado de sus casillas a la pobre chica y había hecho que le pegase una bofetada.


Y para finalizar, resulta que Alejandro estaba destrozado porque no encontraba el amor. En resumen, que casi ninguno estaba contento con su vida, lo que venía siendo normal últimamente en nuestra pandilla. Nosotros somos un grupo de amigos, pero puede pasar cualquier cosa, es algo que tengo totalmente asumido.

Bueno y se me olvida hablar de bastante gente. Omar estaba enamorado de Claudia, Claudia seguía de mal humor, Patricia estaba loca por Daniel, Lidia seguía en su línea con Jaime y Jaime estaba pensando en preguntarle a Lidia sobre ser novios, algo a lo que le animé porque no había vuelto a salir con nadie desde nuestra ruptura. Aunque yo tampoco.


Y si algo me preocupa esos día era el estado de ánimo de Celia, se sabía que a sus padre no les gustaba Pablo y de haber podido, la hubieran llevado a uno de esos programas de la televisión donde los padres eligen una cita para sus hijos. Pero lo preocupante era que andaba algo bipolar, tan pronto tenía una sonrisa en la cara y a los dos minutos estaba triste.

Por eso no me extrañó para nada que me llamase Patricia:

-         Alicia, ya no se en quién confiar, me preocupa mucho Celia, y tengo miedo de que la Princesa Blogger le de mala reputación en su blog.
-         Patricia, entiendo lo que dices, pero no puedo hacer nada, ella tiene que arreglar las cosas con sus padres, y aunque se vea difícil, quiere una vida con Pablo.

Comprendía a Patricia porque Celia es mi mejor amiga, pero ni Lorena, ni Patricia, ni yo, podíamos hacer absolutamente nada, a parte de esperar y rezar para que todo se solucionase lo más rápidamente posible y así toda la pandilla estuviese unida.


En cuanto colgué el teléfono, me encontré a Lorena con expresión asustada.

-Celia me ha mandado un Whatsapp

Lo leí con cara de asombro, “Venid a casa rapido, mi padre me ha echado” A continuación entro otro “Traed vuestras maletas” Se sobreentendió que pretendía venir a vivirse con nosotras. Y di gracias porque el piso tuviese tres habitaciones.

Cogimos lo necesario y salimos de casa, enfilamos calle abajo y caminamos lo más rápido que pudimos hacia la casa de los padres de Celia. Nos la encontramos sentada en el portal, con sus dos maletas rosas a ambos lados y con la cara tapada, supe que estaba llorando y en ese momento creo que lo comprendí todo.

Esperamos abajo mientras ella subía y llenaba las otras maletas, nos anunció que mañana volvería a por más cosas y comenzó su relato:

-Sé que esta semana he andado muy bipolar y os merecéis una explicación, el martes mi padre me dijo que no me iba a tolerar seguir saliendo con Pablo, así que le grité que era mi vida y no podía controlarla. Y ahí dio un golpe bajo, me advirtió que mientras viviese bajo su techo no saldría con él. Me dejó de margen hasta hoy y me ha dicho que estoy completamente desheredada y que no vuelva a llamarle para nada si Pablo sigue en mi vida.
-¿Qué pasa con tu madre?- ella siempre había sido más racional y comprendía esta relación.
-Ella no puede hacer nada pero me dijo que me llamará de vez en cuando.

A Celia no le preocupaba ni lo más mínimo no ir a recibir ni un solo céntimo más de la inmensa fortuna que tenía su padre, como dice una canción: no es solo el dinero.

Una vez instalada en nuestro piso en el centro de la ciudad, Celia dictaminó que debería llamarlos a todos. Y poco a poco, habló con todos los de la pandilla, incluidos Izan y Lucía que dijeron que ya no enviarían invitación de boda a su casa.

Y por cierto hablando de la boda, resulta que el padrino era Mario y como bien sabéis yo soy la madrina ¿estáis pensando lo que estoy pensando? Esto promete…

viernes, 27 de julio de 2012

¿Quién es quién?



Todos nos mirábamos unos a otros, alguien había dado el chivatazo, nunca antes el blog había tenido ninguna de nuestras noticias, pero alguien lo había contado. ¿Quién?

La tensión subió y todos nos miramos recelosos, todos nuestros teléfonos tienen Internet, pudo ser cualquiera.

-Bueno no nos estresemos-intentó decir Alejandro- todo el mundo sabe que…
-¿Que qué?- gritó Claudia- que tenemos un topo en la pandilla y hay que sacarlo de aquí
-No te alteres-prosiguió él- seguro que no lo hace con ganas de mal.


Nos enzarzamos en una discusión sobre quién podía ser el/la chivato/a, todo parecía apuntar hacía Lorena y no podía permitirlo.

-Me apuesto lo que quieras a que no ha sido ella-dije- jamás haría algo así.
-Eso lo dices solo porque es tu amiga- amenazó Omar.
-Estás más guapo calladito-dije con frialdad.

Molesta y enfadada, Lorena se levantó y se fue, probablemente fuese a casa, así que la seguí. Nadie vino conmigo.

Aquellos dos días siguientes Lorena se negó a salir, dijo que habían herido sus sentimientos y hasta que no le pidieran perdón no saldría más. La comprendí, en más de una ocasión se la había acusado de cotilla, pero yo tenía más que claro quién era el topo, y sospechaba bastante bien, por lo que me decía mi instinto.

El tiempo iba pasando, y el grupo se desmoronaba, Celia había empezado a salir con Pablo y Claudia la había llamado de todo menos guapa, parecía imposible que no hace mucho eran muy buenas amigas, sino las mejores.

Presionada hablé con el grupo justo el día que volvió Lorena.

-Creo que nos estamos desmoronando como grupo, como pandilla, como amigos.
-En el fondo se que tienes razón- comentó Lucía- quizas lo mejor sería dejar de salir.

La miré lentamente, su cara me decía que estaba hablando en serio, pero una pequeña parte de mi no pretendía hacerse a la idea. Lentamente cogió a Izan de la mano y se fueron.

-¿Alguno más lo piensa así?- pregunté, el resto se fue retirando, quedamos Celia, Pablo, Lorena, Adrián, Mario y yo.

Una lágrima resbaló por mi mejilla, y  eché a correr, nadie intentó detenerme, sabían que estaba muy enfadada y nadie iba a poder hacer nada por mí hasta que yo no quisiera.


-¿En esto nos hemos convertido?- dije mirando la foto de la cena de graduación que habíamos organizado nosotros- ¿en un grupo de tontos que ha tirado su amistad por la borda? Mi vida es una mierda, lo sé.

Me llegó un mensaje del blog. “La happy pandi se desmorona”  No me molesté en leerlo, lo vivía de primera mano.

Sabía de sobra lo que pensaba Izan y su novia, se casaban el mes que viene y nadie los iba a detener; sabía lo que sentía Celia, sus padres no aprobaban a Pablo, pero ella seguía completamente enamorada; conocía que Patricia estaba loca por Daniel y él seguía con Sofía. Todos eran felices y mientras yo, seguía aquí, amargada, contándole al mundo mi vida, diciendo a través de una historia las palabras que en persona no salían. Me sentía como una mierda, como una pieza inútil en un ajedrez gigante. Como una de esas muñecas de adorno.

Y aunque Mario intentó llamarme un millón de veces y Lorena insistía en que le cogiese el teléfono, yo, me veía en la grandiosa necesidad de seguir evitándole.

Pronto volvió a sonar el teléfono, me acerqué para ver el número y descubrí que no era para nada mi mejor amigo, sino Lucía, seguía un poco molesta con ella, pero aún así contesté:

-¿Sí?-dije
-Por fin le coges el teléfono a alguien-suspiró al otro lado de la línea- verás, como sabes me caso el mes que viene con Izan, y no tengo madrina, porque Sara está de vacaciones. Así que he pensado que la mejor forma de pedirte perdón era ponerte de madrina. Comprenderé que estés enfadada pero Izan quiere que la corbata del padrino sea rojo Burdeos y la madrina tiene que ir de ese color…
-Y como no es un misterio que mi color favorito es el rojo Burdeos has pensado en preguntármelo ¿no?
-Exacto, así que ¿te gustaría ser la madrina de mi boda?
-Claro que sí, ¿ya habrás escogido vestido no?

Las cosas quedaron arregladas entre nosotras y la pandilla volvió salir, aunque nos pasábamos el tiempo ultimando los preparativos de la boda de Izan y Lucía…

jueves, 26 de julio de 2012

La Princesa Blogger



Salí de casa corriendo junto a mi amiga Lorena, me encanta cuando corremos porque llegamos tarde. Al ritmo de mi canción favorita que estaba sonando en mi teléfono móvil llegamos a la Plazoleta. Pronto vimos al resto: Mario, Patricia, Celia, Daniel, Jaime, Claudia, Alejandro, Adrián, Lucia, Sofía, Lorena, Omar, Lidia, Izan y Pablo. Sí, tal y como estaréis pensando somos un grupo de amigos muy numeroso. Todos nos conocimos en el instituto, la mayoría íbamos desde 1º de la ESO pero otros se nos unieron en Bachillerato. Todos tenemos 20 años, y a pesar de todo lo que nos ha ido pasando desde que nos conocemos somos grandes amigos. Os pondré un ejemplo:
Toda la ciudad sabe que Claudia estaba loca por Pablo, cuando este estaba saliendo con Sofía su mejor amiga ¿Están enfadadas? Para nada, gracias a Dios conseguimos pararlas cuando estaban a punto de llegar a las manos.
-          Os tengo que contar mi sueño- grité desde un extremo
-          Esas palabras nunca son buenas…- exclamó Jaime desde el otro.
Lorena se echó a reír, yo siempre sueño cosas muy raras, recuerdo cierta vez que soñé que Alejandro era cura:
-¿¿¿QUÉ???- exclamó justo cuando terminé- ¡¡jamás seré cura!! Lo tengo muy claro.

En cuanto llegué junto a Lorena, me senté en mi sitio particular de lado de mi amiga Celia y de Mario:
-Dispara, sorpréndenos con otro de los grandiosos sueños premonitorios de Alicia Fernández- dijo sin levantar la vista de su móvil Claudia.
-Bueno maja si te has levantado de mal humor no la tomes conmigo ¿estamos?- contesté algo molesta. Miré a Pablo, su novio, con cara de: “¿Qué le pasa?
-No se ha levantado con mal humor, luego te lo explico- contestó él.

Y rápidamente me dispuse a comenzar mi relato:
-Pues resulta que nos íbamos de fiesta a casa de Celia…
-¿Por qué a mi casa y no a la tuya?
-Me dejas hablar- contesté secamente.
-Claro que sí señorita.

“Íbamos de fiesta a casa de Celia, todos no, en realidad de principio solo estábamos Celia, Patri, Lorena, Mario, Daniel, Lucía, Izan y yo. Tras divertirnos toda la noche, nos levantamos, fue entonces cuando encontramos a Izan en coma etílico. Como no queríamos arriesgarnos a que se enterasen sus padres decidimos ingresarle en el hospital con un nombre falso. Cuando conseguimos darnos cuenta Lorena estaba llorando, pues resulta que estaba enamorada de Izan, tras numerosos intentos de Celia de hacerla calmarse Lucia se dio cuenta, y rápidamente la amenazó ya que Izan era su novio. Mientras tanto aparecieron por la puerta Patricia y Daniel, nadie se había percatado de su ausencia con el problema de Izan. Ideamos un  plan, y tras eso nos dirigimos al hospital, resulta ser que tras instalar en una habitación al paciente, llamamos al resto: Sofía, la novia de Daniel; Claudia, la novia de Pablo; Lidia, la novia de Jaime; Pablo y Jaime. Tras algunos días en vilo finalmente Izan despertó y…”
Terminé mi relato con cara de intriga.
-Y ¿qué?- exclamó Izan- que pasó.
-Que esta retrasada-dije señalando a Lorena- me despertó porque eran las 10 y media.

Tras un montón de discusiones sobre mi relato y quejas de los protagonistas y sus romances decidimos que quizás lo mejor era seguir escuchando mis sueños por si acaso aparecía alguna continuación de este, lo que nos había quedado claro a todos, era que las parejas no eran del todo reales, sobre todo Lidia y Jaime. Lo cierto es que estaban enamorados, pero no se atrevían a confesarlo, a parte Jaime se había cogido como reto liarse con todas las chicas nuevas que pasasen por el grupo y aunque a Lidia le daba igual porque a ella también le había tocado, a nosotras nos parecía algo mal.
-Oye-exclamaron de pronto Adrián, Omar y Alejandro- Nosotros no salimos en el sueño.

Estallamos en una carcajada general, estos tres se picaban por nada.
La verdad es que mi madre  siempre decia que los sueños son una parte mas de la realidad lo que pasa que no siempre ocurren. Más tarde Pablo me llevó a parte:
-Disculpa a Claudia, hemos roto-dijo- creo que Celia es mejor. Aunque necesito saber si sigue enamorada de Adrián.
-¿Y crees que yo te lo voy a decir? Pues te equivocas de Alicia.

Volvimos al grupo y le mande un Whatsapp a Celia, tenía derecho a enterarse de todo. Hace no mucho más de un mes, en el grupo todos teníamos pareja: estaban Claudia y Pablo, Sofía y Daniel, Adrián y Celia, Mario y Lorena, Izan y Lucia, Omar y Lidia, Alejandro y Patricia y Jaime y yo. Todos éramos felices, pero, sospecho que uno de mis sueños hizo un “clic” en la mente de algunos de los chicos y el amor se desmoronó, solo sobrevivieron tres parejas: Sofía y Daniel, Izan y Lucia y Claudia y Pablo, y estos últimos no acabó la cosa bien. Pero que sería de la P.B (Princesa Blogger) sin estas roturas. Veréis, la P.B es la reina del cotilleo, se sabe hasta la última noticia. Tiene periodistas por toda la ciudad, en toda banda que se precie hay uno de ellos y la nuestra no es menos. Ni dos minutos hacía que Pablo me lo había dicho y nos llegó un mensaje del blog contando la ruptura de la pareja feliz, fue entonces cuando nos dimos cuenta de que teníamos un efectivo de la P.B en nuestro grupo…