martes, 25 de septiembre de 2012

¿Cometer estupideces? Se me da de cine


Ahora que había descubierto la verdad sobre todo lo que había pasado en 2º de bachiller estaba dispuesta a que ardiera Troya, y todo el mundo sabe que si yo amenazo con eso, arde.

Reuní el grupo recientemente disuelto y expusimos las últimas novedades, avances y todos juntos atamos cabos, diferentes relaciones habían sido rotas. Izan y Lorena, Celia y Daniel, Patricia y Omar, y la mía con Adrián.

Fue entonces cuando le pedí perdón en referencia a lo que había pasado, lo que no se puede arreglar y lo que no pudo ser, además nunca le vi futuro a esa relación, ni siquiera sé porqué estaba con él. Quizás fuese una manera de decirle al mundo “Hola, sí, soy yo Alicia y tengo novio” pero tampoco lo veo muy coherente.

Pronto y para variar, Lucía tomó la palabra y la atención de los presentes a la reunión de emergencia de nuestro pequeño gran grupo.

-Bueno, ahora que sabes aparentemente la verdad, que pasó con ciertas personas y ciertos amores etc. Deberíamos, tomar cartas en el asunto, actuar, llamarlo como queráis.

La miramos de forma extraña, Lucía no solía tener un plan, pero estaba segura de que esta vez las cosas eran diferentes, y hablábamos de palabras mayores a lo que estábamos acostumbrados a sufrir en grupo y más aún cuando los afectado éramos todos, y la repercusión era mayor de lo que yo, y todos pensábamos.

Alejandro palideció y me alarmé no podía ser cierto, aquellos rumores debían ser mentira pero no me estaba dando esa sensación.

-No podemos callar a Sara- dijo- es imposible.

-Claro que podemos, la amenaza de una demanda judicial calla muchas bocas- respondió Lorena.

-Es nuestra amiga…- trató de seguir.

-Alejandro- dije seriamente- nuestra amiga o no, se cargó lo menos y que sepamos cuatro relaciones en nuestro grupo, a saber el número total.

-Tú relación no era más que una farsa- empezó a gritar.

Entonces sucedió algo que ninguno de los presentes esperaba y que nunca olvidare, Adrián se levantó, le pegó un puñetazo a Alejandro y dijo:

-Si vuelves a meterte con mi relación con Alicia te aseguro que te partiré hasta el último hueso.

Me quedé fría, jamás hubiese esperado eso de alguien del grupo y menos de Adrián.
-Bueno, no comencemos a discutir- trato de apaciguar Lidia.

Pero era tarde pronto comenzaron a gritar Daniel y Jaime mientras Celia y Claudia intentaban separar a Adrián de Alex. En medio de los gritos Izan había apartado a Lucía para que no saliera mal parada y yo trataba de que Lorena no se acercase a Adrián, al mismo tiempo que Omar, Patricia, Mario y Pablo  sinceramente, no sé qué hacían pero nada productivo seguro.

En vez de calmarse Alejandro se enfadaba más y más y fue entonces cuando lo dijo, lo gritó, exclamó algo que nunca voy a perdonarle:

-¡Pero si Alicia se lió con Mario mientras salía contigo Adrián!

Me paralicé avancé dos pasos solté a Lorena que corrió a abrazar a Adrián y abofetee a Alejandro y dije:

-¡ESO ES LA MAYOR MENTIRA QUE HAS DICHO EN TODA TU SANTA VIDA!

-A mi me lo dijo Mario- me replicó.

-¡Eh!- soltó Pablo- baja una Alex…

-¿Qué Mario dijo qué?- comenzó Adrián y el aludido empezó a hacer gestos raros.

Miré a mí, en estos momentos, “supuesto” mejor amigo que seguía con sus movimientos extraños mientras todo el grupo se había callado y la gente que pasaba por la Plazoleta había dejado de mirarnos.

Pateando el cubo de basura más cercano Adrián se safó del agarre de Lorena y se fue, nadie echó a andar detrás de él. Solo yo corrí y a pesar de que él había salido cinco minutos antes que yo, le alcancé al doblar la esquina…




viernes, 14 de septiembre de 2012

Lo que no pudo ser


Era lunes, un lunes corriente, ni de coña, era el lunes más triste de todo mi verano y todo se debía a la Princesa Blogger y a Lucía, a veces esa chica me saca de quicio. Su estrategia para evitar que rumores falsos sobre nosotros se extendiesen era dejar de quedar juntos durante un tiempo, aquello provocó una discusión en medio de la Plazoleta y el grupo (para variar) quedó dividido. Mientras Lucía, Izan, Mario, Omar, Claudia, Adrián y Patricia, apoyaban a la primera. El resto estaba junto a mi opinión de que era perder buenos momentos con una acción estúpida, finalmente votamos y ganaron ellos debido al repentino cambio de actitud de Daniel. Así que Celia, Lorena y yo nos fuimos a casa aburridas.

Estaba sentada en la ventana de mi habitación mirando cómo un grupo de niños y niñas de más o menos 13 y 14 años se divertía en el parque, me recordaban a nosotros en viejos tiempos. Mis pensamientos me absorbieron y saqué la caja de las fotografías, una caja que (como su nombre indica) estaba llena de fotos, cartas, regalos y un colgante del que Sara tenía la otra parte. Me lo puse al cuello, a pesar del incidente en el instituto seguía siendo mi amiga.

Deprimida me fui al salón y me puse a ver una película de las muchas que tiene Celia, me decanté finalmente por Drácula de Bram Stoker, recientemente había acabado el libro y quería volver a ver la versión cinematográfica. Pero algo trastornó mis planes después de media hora.

Picaron al timbre y pensé que era Lorena, que para variar se habría dejado las llaves en casa de Adrián, sin embargo eran Celia y Sofía (y la primera si había dejado las llaves, pero en su habitación)

Les abrí el portal y la puerta del piso, Sofía venía estresada y mascullándole a Celia que Lucía era idiota por tener teorías estúpidas como la que había provocado que hoy yo estuviese en casa.

-Esta señorita- dijo mi compañera de piso señalando a Sofi- cree saber quién es la Princesa Blogger.

La miré a ella, después a la aludida y finalmente a Celia de nuevo.

-¿Me estás vacilando no?

-En serio, lo sé y creo que podríamos desenmascararla.

Me encogí de hombros y me senté en el suelo, Celia a mi lado y Sofía en el sofá. Miré mi móvil y vi un whatsapp de Lorena diciendo que llegaría tarde y una mención en twitter de Patricia, suspiré, maldita tecnología.




-Tras varias averiguaciones por mi cuenta ya que Claudia no quiso ayudarme- empezó Sofia y yo pensé “¿Claudia estaba metida en esto? Extraño”- he descubierto que la persona a la que voy a acusar, y que no es de nuestro grupo, conocía todos los secretos que últimamente se han publicado en el blog excepto uno.

-¡Ajá!- exclamó Celia- sabía que la Princesa no estaba en nuestro grupo…

-Pero tiene que tener un chivo espiatorio, o micrófonos o algo por el estilo aquí- mascullé- si no es imposible que pudiese saber de mi altercado con Jaime…

Sofía asintió y la sensación de victoria desapareció de la cara de Celia, que comenzó a jugar con su pelo, manía que tiende a hacer cuando piensa o está nerviosa. Sofía continuó dando sus explicaciones hasta que Cece estresada salió de casa.
Sofía trató de levantarse, pero la detuve, no es que hubiese dicho nada malo, es que acababa de recibir un tweet de la Princesa Blogger.

Cuando estuvimos solas, mi amiga, soltó todo lo que debía decirme en privado.

-Alicia, siento decirte que creo que Sara es la Princesa.

-No puede ser- mascullé.

-Vamos todo cuadra, lleva actuando sin que lo sepamos desde 2º de Bachillerato, de hecho destruyó un par de relaciones, que yo sepa…

Tragué saliva, ella era quién me había dicho que Adrián (mi novio por aquel entonces) se había besado con, justamente, la persona que me estaba contando que Sara era la Princesa Blogger, Sofía.

-Aclárame una cosa- le pedí- ¿te besaste alguna vez con Adrián?

-Alicia, jamás haría tal cosa- me contestó.

Era cierto, le debía una disculpa a Adrián, Sara había destruido relaciones, entre ellas, la mía.


lunes, 10 de septiembre de 2012

Maldita tecnología


Lorena estaba dando vueltas por el salón, alterada y miraba el teléfono fijo cada dos por tres, Celia estaba preparando una receta de un bizcocho que Patricia le había enseñado y por el olor me parecía que iba a ser un éxito en la casa. Yo mientras reflexionaba sobre lo que había pasado para que la mañana estuviese tan subida de tono.

La Princesa Blogger se había hecho Twitter, lo que significaba constantes tweets de las entradas de su página. Esta misma mañana todos los seguidores recibimos una notificación interesante: “Alicia y Jaime, ataque de ira”, así decía el comentario de aquella mujer, rápido comencé a estresarme y de no ser porque diez minutos después se publicó que Lorena y Adrián habían cortado y a la primera le entró un ataque de histeria probablemente la histérica hubiese sido yo.

Sonó el teléfono lo que provoco que Lorena se lanzase a por él (literalmente) y contestó pensando que sería Adrián y ella estaba dispuesta a ponerle pingando, la sorpresa vino cuando le cambió el semblante y dijo:

-Alice, te reclaman.

Me temí lo peor probablemente sería Jaime dispuesto a acusarme de ser el chivo de La Princesa Blogger, pero yo iba dispuesta a aguantar el chaparrón, y me sorprendí.

-¿Si?- pregunté con temor.

-Soy Lidia- exclamaron desde el otro teléfono

-Lidia-mascullé- ¿qué pasa?

Me soltó un pequeño sermón del que no me enteré a medias ya que termine por ponerme a mirar la tele mientras me sentaba en el suelo, cuando vi que dejó de hablar contesté:

-¿Ya has terminado?

Contestó afirmativamente y colgué, Lorena se interesó por lo que me había dicho y le aseguré que no tenía ni la más remota idea, se echó a reír junto con Celia y tenían motivos claros.

Esa misma tarde quedamos urgentemente en la Plazoleta, teníamos cosas de las que hablar, comenzó Daniel:

-Creo que tanto Alicia como Jaime nos deben una explicación, que Lorena y Adrián podrían acallar los rumores, Patricia  tendría que mostrarle al mundo que no está loca y Celia y Pablo que no se han casado en secreto.

Miré asustada a los últimos, a lo que Pablo me respondió con una mirada solitaria, triste como decaída, imaginé que la Princesa la habría tomado con él.


Comencé la explicación de mi altercado con Jaime, omití algunas cosas que ahora mismo carecían de importancia, cada minuto que pasaba Lorena se ponía más tensa, sabía que yo conocía toda la verdad, pero que la estaba ocultando. Mi versión de la historia no quitaba detalles, yo hablé de lo que pasó en el callejón pero ellos desconocían todo lo que pasó anteriormente…

A continuación Claudia tomó la palabra:

-Bien, ahora debemos hacer una cosa- todos la miramos, incluso Izan que la desprecia mucho.

-Creo que debemos dejar de molestarnos por lo que diga una mujer que ni siquiera está en nuestro grupo- masculló Lucía.

-Eso- dijo Omar- no lo sabemos a ciencia cierta.

Pude ver en los ojos de mi primo un destello de maldad, sospechaba de alguien del grupo, lo podía sentir, la tensión estaba en el aire desde principios de verano, y aquello estaba desmoronando a la ciudad entera, a veces pensaba que la Princesa Blogger estaba haciendo más daño que el servicio que nos daba, y es que, a fin de cuentas, ¿importan los cotilleos? Eso es algo que depende de cada uno, y no se puede controlar.

Las miradas empezaron a cruzarse y alguien exclamó:

-La bloguera más conocida en nuestro grupo… Podría ser algo bueno a nuestro favor…

Palidecimos, probablemente nos encontrásemos frente a un arma de doble filo.